lunes, 4 de febrero de 2013

¡Quítamelo! ¡Quítamelo!

¡Muy buenas a todos!
Hoy, para compensar todo el tiempo que no he podido pasarme por aquí a causa de los exámenes (que por cierto ha ido bien la cosa) os voy a traer mi experimento preferido.
Bueno, antes tenemos que saber dos cositas, la primera de ellas es ¿Qué es el condicionamiento clásico? Pues os voy a dar una explicación muy patatera para que entendáis el concepto y así tenga sentido el vídeo que vais a ver. En el condicionamiento clásico existen dos estímulos que NO están relacionados entre sí, por ejemplo una campana y la presentación de comida, pero pasa lo siguiente: Cuando se ha producido durante muchas (y cuando digo muchas, son muchas y atentos que ahora me pongo técnico) veces la presentación de uno de los estímulos al acabar la presentación del primero; se produce una asociación, tranquilos, vamos a explicarlo más como solemos hacerlo por aquí; Quizás la primera vez suena una campana y nosotros no tenemos ni idea de que pasa, pero nos damos cuenta de que cuando deja de sonar la comida está preparada, si esto sucede todos los días, cada vez que suene la campana nosotros empezaremos a salivar. Lo que ha sucedido es que el valor que para nosotros tiene la comida, lo ha adquirido la campana debido a esta presentación metódica y por lo tanto, la campana tiene la misma significación para nuestro cuerpo que la comida, es decir, se producen una serie de cambios fisiológicos igual que si se nos presentara la comida. Espero que más o menos hayáis cogido la idea.

Una vez conocido esto solo nos falta "el quien" para poder ir al lio, bueno, el sujeto en cuestión fue J.B. Watson, un psicólogo estadounidense que vivió durante los siglos XIX y XX, fundador del conductismo, creador del manifiesto conductista y que tuvo una vida muy culebrónica, ya que fue expulsado de la universidad por un lio amoroso que tuvo con su ayudante la cual veremos en el video, Rosaline Rayner, si os interesa haré una entrada con esta peculiar historia de amor, ya que es bastante curiosa.

Este es Watson. En esta ocasión
 sin gafas rosas de fiesta como en la cabecera

Bueno, una vez sabeis esto os voy a explicar lo que vais a ver en el vídeo  El experimento se llama “Pequeño Albert”, ya que el sujeto experimental era un bebé de un orfanato al cual, al principio, se le presentan varios animales (monos, perros, ratones, conejos…) con los cuales el pequeño Albert interactúa sin problema alguno, los toca y no tiene ninguna reacción de aversión (o mala, que me pongo en modo técnico y no hay quien me pare), pero a continuación hace lo siguiente: Le pone a Albert una rata cerca y cuando la toca hace sonar dos barras de metal detrás de él, repitiendo el procedimiento en 6 ocasiones, es decir, cada vez que tocaba la rata venia un sobresalto, así en 6 ocasiones. Tras estos 6 ensayos, se le volvieron a poner cerca los animales que anteriormente no habían causado ninguna reacción, pero esta vez, Albert lloraba y evitaba los animales, y ¡atentos!, que no solo la rata, sino cualquier animal con pelo que le recordara a la rata, pero vamos mas allá, cuando tocaba un abrigo de pelo, también se producía la reacción negativa de lloro y alejamiento, es decir, Albert había hecho una asociación que implicaba que esa sensación que tenia al tocar los animales o el pelo era mala, solo porque anteriormente, en tan solo 6 ocasiones, este mismo había predicho un sobresalto, os dejo con el vídeo para que lo veáis vosotros mismos.



Bueno, espero que os haya gustado y supongo que como yo os habréis preguntado, ¿y qué paso con este niño?, pues el experimento tenía dos fases, una primera que es la que acabáis de ver, y otra en la que se le quitaba el miedo que había adquirido al pelo, pero hubo un inconveniente;  dieron al pequeño Albert en adopción y no se pudo llevar a cabo esta segunda fase. Imaginaros esa persona que crece, hace su vida siempre con esa pequeña fobia a los animales, encuentra el amor y un día le da a su señora esposa por comprarse un chaquetón de pelo, con lo que ese señor, ya crecido y con su vida, sale corriendo asustado perdido. Seguramente, si tuviera la oportunidad, le diría dos palabritas al señor Watson.

Bueno, eso es todo por hoy, espero que os haya gustado y os haya resultado interesante, volveré mas a menudo a contaros muchas cosas mas, un saludo.

Pasarlo bien

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